jueves, 30 de octubre de 2014

Articulo de Opinion de 30-10-2014



Si sale a pescar sepa como actuar en caso de emergencia




Para nadie es un secreto que en la práctica deportiva todos estamos en riesgo de sufrir accidentes, la pesca que es un deporte al aire libre, no es la excepción, por lo que nunca está demás conocer ciertas nociones básica de primeros auxilios para evitar que, incidentes de mínima gravedad, se conviertan en un problema.
Una primera recomendación, para quien gusta de la pesca, es que siempre lleve consigo su botiquín de primeros auxilios y tenga al día la vacuna antitetánica. Además debemos tener siempre presente que para lograr un resultado óptimo, ante un caso de emergencia, se debe actuar rápida y eficazmente, y, siempre que se tenga alguna duda, sobre el modo de realizar una cura, es preferible no hacerla y recurrir a un profesional.

Picaduras. Debemos tener en cuenta que las reacciones alérgicas pueden agravar considerablemente el estado físico de la persona afectada. También va a influir el número de picaduras y su localización. Para una picadura por aguijón, si éste permanece incrustado en la piel, debe retirarse con unas pinzas y la zona afectada cubrirse con una compresa empapada en amoníaco o en agua fría para aliviar el dolor.
Otra picadura muy común es la de las garrapatas. Por lo general no solemos darnos cuenta de su presencia hasta trascurrido un tiempo, a veces considerable. Si la garrapata está ya adherida a nuestra piel, no debemos tratar de arrancarla tirando de ella, pues se corre el riesgo de que parte de su cuerpo quede en el interior de nuestra piel, con el consiguiente riesgo de infección. Lo mejor es cubrirla con aceite, vaselina, o cualquier pomada, impidiendo así la respiración del ácaro, al cabo de un tiempo suele desprenderse. Una vez liberada, debemos lavar con agua y jabón la herida, utilizando posteriormente un antiséptico. Si la picadura se inflama o aparecen estados febriles, deberemos acudir inmediatamente al médico. 

Heridas. Las heridas, por pequeñas que sean, siempre pueden complicarse por las infecciones. Para evitarlo, lo mejor es limpiar  tanto la zona afectada como sus alrededores con abundante agua fría. Si dentro de la herida hay intrusiones de vidrio, arena, etc, se retirarán cuidadosamente. Una vez limpia y desinfectada, se cubrirá con un apósito, que siempre debe cubrir la herida y parte de la zona de alrededor.
Por pequeña que sea una herida no se debe aplicar sobre ella algodón hidrófilo u otro material que deje restos (pelusa, etc.) así como tampoco se deben retirar objetos que parezcan directamente clavados en la herida, ya que podrían estar obstruyendo o impidiendo una hemorragia mayor.
En los casos en los que la herida sea de gravedad, se procederá a disminuir la hemorragia presionando directamente sobre la herida y elevando el miembro. La primera venda no se retirará aunque esté completamente llena de sangre.
Solo en caso de amputación, aplastamiento o heridas con pérdidas masivas de sangre que no podamos parar con presión directa haremos un torniquete y apuntaremos la hora exacta en la cual lo hicimos. Si se produce en una extremidad esta deberá inmovilizarse. Ante todas las heridas de gravedad se trasladará al afectado al centro sanitario más próximo.



Efectos de las temperaturas. Las altas o bajas temperaturas pueden causar trastornos corporales por lo general leves, pero que en algunos casos pueden revestir cierta gravedad.
Cuando una persona está sometida a una elevada temperatura durante un periodo de tiempo prolongado, puede sufrir calambres, pulso débil y acelerado, piel pálida, etc. En estos casos, se deberá tender al afectado en un lugar fresco y se le retirará la ropa para poder humedecer el cuerpo con ayuda de una esponja. Se le dará a beber una gran cantidad de agua, si es posible, ligeramente salada. Si los síntomas persisten, debemos trasladar a la persona a un centro especializado.
Dislocaciones. Cuando se sufre la dislocación de alguna articulación debemos intentar no mover la zona afectada y colocarla de manera que moleste lo menos posible. Si no hay más heridas que ésta, la extremidad afectada se sostendrá mientras trasladamos al herido a un centro médico.

Esguinces. Un esguince es una lesión muy dolorosa que a veces se puede confundir con una fractura. En cualquier caso, el accidentado debe poner en alto la parte dañada, y se debe cubrir la zona con una venda, a ser posible, de las especiales para este tipo de heridas. En caso de que la lesión se produzca en un brazo, se sostendrá la extremidad con un cabestrillo.

 Caídas graves.- Si una persona, ha sufrido una caída que consideramos grave, la primera regla es no moverla a no ser que sea de absoluta necesidad para evitar un peligro posterior. Nunca debemos levantarla ni tirar de ella, ni sugerir que se siente. Si es posible, que sea otra persona la que llame al médico, mientras se practican los primeros auxilios. Debemos permanecer serenos, tranquilizar al herido, examinándolo con cuidado. Si es necesario, podemos cortar la ropa, para evitar todo movimiento superfluo. No debemos obligar a beber en estado de inconsciencia o semiinconsciencia, pues el líquido podría penetrar en la tráquea produciendo la asfixia. Nunca debemos tratar de reanimar a una persona inconsciente a golpes, sacudidas o gritos.

Asfixia. Se debe observar el pecho del accidentado. Si no respira (ya sea por inmersión, descarga eléctrica o por cualquier otra causa), debemos practicar cuanto antes la reanimación cardiopulmonar (RCP). La decisión debemos de tomarla con rapidez ya que una persona puede morir pocos minutos después de haber dejado de respirar.
Por último, recuerde que como en tantas otras cosas de la vida, la seguridad en el río o en el mar depende de la propia conciencia y del sentido común de cada pescador. Arriesgar más de lo necesario o saltarse determinadas precauciones básicas dependerá siempre de cada uno de nosotros.

Miguel Rodríguez
CLUB DE PESCA DEPORTIVA ENTREPANAS